Bajo Luis VI (1108-37), los derechos se convierte en una potencia.
Ayudado por la Iglesia, aconsejado por el abad Suger, él mismo hace la policía de sus ámbitos, y protege los escasos.
Es temido de los grandes señores feudales, y establece por primera vez la soberanía feudal real en una parte del Mediodía.
Es favorecido en sus empresas por los habitantes de las ciudades y especialmente por los municipios.
Jefe de la nación contra el extranjero, disputa a Normandía al rey de Inglaterra.