Luis XII (1498-1515) controla Francia con sabiduría y bondad, pero implicado, como Carlos VIII, por su gusto para las aventuras, emprende de conquistar el Milanés y el reino de Nápoles.
En una primera expedición, retira al Milanés al duque Sforza (1499).
Se une a continuación al rey de Aragón Ferdinand al Católico, para apoderarse del reino de Nápoles (1501), pero los dos aliados no pueden ponerse de acuerdo sobre la división de su conquista, y se lo disputan por la fuerza; se supe organizado al ejército francés, mal, a pesar de Bayard, y se pierde aún el reino de Nápoles para Francia (1503).