El reino de Luis XI puede dividirse en tres períodos: 1° de 1461 a 1468, comete grandes imprudencias, y se supe; - 2° de 1468 a 1475, se tiene prudentemente sobre la defensiva; - 3° de 1475 a 1483, reanuda la ofensiva, aprovecha con destreza de las circunstancias, y da a Francia ocho provincias.
A la llegada de Luis XI, los derechos ya hizo enormes progresos: gracias a Carlos VII, tiene entre las manos armas temible, el tamaño perpetuo, el ejército permanente, la artillería, pero es aún muy distante del poder absoluto; la feudalidad es debilitada, pero queda aún reducir algunos grandes señores, y hacer recoger en el ámbito real las provincias que se trasladaron imprudentemente como atributos, Bretaña, Anjou, y sobre todo los Estados del duque de Borgoña, es decir, Borgoña, el Franco Condado, Flandes, el Artois y las ciudades de la Suma.
Impaciente de ser verdadero rey, Luis XI descontenta imprudentemente por su despotismo la nobleza, la clero, los burgueses y el pueblo.
Atacado por el conde de Charolais, Charles el Temerario, a hijos del duque de Borgoña, por su propio hermano Charles, y por los señores que forman la liga feudal, dicha del bien público.
Luis XI comprende que no es el lo más muy posible, y se soluciona, después de la batalla indecisa de Montlhéry (1465), a hacer a sus enemigos grandes concesiones por los Tratados de Conflans y Saint-Maur (1465); cede a Normandía a su hermano Charles.