Carlos IX, muerto también sin niños, tiene para sucesor su hermano Enrique III (1574-1589).
En una quinta guerra, los protestantes tienen para aliados las Políticas, católicos moderados, pero Henri de Manera se cubre con gloria a Dormans (1575), y Enrique III, celoso él, concede a los protestantes, por la paz del Sr., condiciones ventajosas (1576).
Henri de Manera, que aspira secretamente al trono, organiza entonces una extensa liga que tiene por objetivo la defensa de la religión católica, traicionada por el rey; Enrique III, para desconcertar a su rival, se declara al jefe de esta liga, pero los miembros de una liga se niegan a reconocer su autoridad y reúnen tropas.
Los protestantes amenazados renuevan la lucha en un sexto y en una séptima guerra, terminadas cada una por una paz que no es más que una tregua (1577-1580).
Una octava guerra, o guerra del tres Henri, es doblemente inevitable al rey: el jefe de los protestantes, Henri de Borbón, y el jefe de los miembros de una liga Henri de Manera, cuyo Enrique II desea también la derrota, son todos los dos vencedores, uno del ejército real a Coutras, otros de los protestantes alemanes a Auneau (1587).
Enrique III, que teme ser desalojado por los miembros de una liga, prohibido a su jefe la entrada de París, pero Henri de Manera viene a hacerlo frente al Louvre mismo, y el pueblo de París, en el día de las Barricadas, hace causa común con la liga.
Reduce a Enrique III a huir (1588).